Que sí, que también los hay, al igual que amenazas para Linux pero son realmente pocas.
El sentido de instalar un antivirus en un sistema Linux
tradicionalmente era para proteger los servidores de correo ya que estos
pueden servir los correos electrónicos tanto a ordenadores con Linux
como, mayoritariamente, a equipos con Windows. Así, para proteger a
éstos últimos se instalaba un antivirus en la máquina que hace las
funciones de oficina postal con el fin de limpiar en la medida de lo
posible los correos electrónicos que pueden suponer un riesgo.
Pero ahora, con la “explosión” del uso de los llamados “pendrives” o
memorias USB éstas han pasado a formar parte de la punta de lanza de las
amenazas, convirtiéndose en una herramienta de propagación de todo tipo
de infecciones eficaz al 100%.
Y relacionado con esto último he leído un post aquí en el que dan cumplida cuenta de la existencia de un antivirus, el archiconocido – y pirateado- ESET NOD32 Antivirus en una versión BETA para Linux (Desktop) y Mac.
Su función en este caso, dado que se trata de una versión para
Desktop (Escritorio, o versión de usuario, NO de servidor) es la de que
todos aquellos que habitualmente usamos un equipo que corre Linux, o
incluso un doble sistema operativo, cada vez que “pinchamos un USB” en
el ordenador le pasemos un antivirus eficaz, no ya de cara a nuestro
equipo sino pensando en los otros equipos que sin duda “visitará” en un
futuro. Llámalo prevención.
Y en cuanto a las prestaciones, funcionalidades y demás no os voy a
contar nada de momento, ya que en la página para descargar el ejecutable
viene todo muy bien explicado y documentado. Lo que si contaré de aquí a
algún tiempo es cómo funciona mi equipo ahora que tengo un nuevo
“daemon” ejecutándose y consumiendo recursos: ¿merecerá la pena?
Un saludo.
miércoles, 5 de enero de 2011
lunes, 3 de enero de 2011
Adivina qué ha llegado con el año nuevo… ¡Quick Defrag!
Quick Defrag ha sido mi “invitado sorpresa” de hoy. Una llamada
telefónica me “pedía socorro” porque su ordenador se había quedado sin
espacio en el disco duro, y en el escritorio (de Windows una vez más)
había aparecido un icono de acceso directo a nuestro ya enemigo.
Sorprendido, ya que ese ordenador lo estuve supervisando el día 31 por la tarde y comprobé que tanto el antivirus (Avast, en su versión gratuita) como el antispyware (Windows Defender) estaban actualizados, realizando un escaneo con ambos, me he puesto manos a la obra… ¡a más de 300 Km de distancia!
Petición de acceso remoto (soporte realizado desde Windows) y autorización de acceso al ordenador infectado. Efectivamente, había algo “raro” en esos iconos de defragmentador (2) que estaban “instalados” en la barra de tareas, así como en los continuos mensajes de “disco duro lleno”, “disco duro desaparecido”, “necesita un desfragmentado urgente” y algún otro de ese tipo. Y no bastando con eso, se iniciaba (o no) el Quick Defrag, ayudando a asustar al usuario, y acompañado de errores a la hora de iniciar Internet Explorer y algún otro programa (es parte de la táctica el hacer creer que el sistema está realmente mal), ralentizando el ordenador y pidiendo reinicios.
Al final hemos conseguido “desfragmentar” al troyano encontrando en qué rincones se escondía para volver una y otra vez, eliminarlo del disco duro y “dar del alta” al pobre ordenador.
A la vista de la “incidencia” de hoy, vuelvo a recomendar atención a la hora de abrir los adjuntos de los correos electrónicos, las páginas web que se visitan y los programas “gratuitos” que se descargan desde según y dónde, ya que este rogue-antivirus (falso software de seguridad) se ha instalado automáticamente por alguna de esas acciones un tanto osadas que os menciono más arriba y contra las que poco pueden hacer antivirus y demás que tengamos y que nos hacen sentirnos seguros.
En fin, ¡Feliz Año 2011! que aún podemos con los “malos”
Sorprendido, ya que ese ordenador lo estuve supervisando el día 31 por la tarde y comprobé que tanto el antivirus (Avast, en su versión gratuita) como el antispyware (Windows Defender) estaban actualizados, realizando un escaneo con ambos, me he puesto manos a la obra… ¡a más de 300 Km de distancia!
Petición de acceso remoto (soporte realizado desde Windows) y autorización de acceso al ordenador infectado. Efectivamente, había algo “raro” en esos iconos de defragmentador (2) que estaban “instalados” en la barra de tareas, así como en los continuos mensajes de “disco duro lleno”, “disco duro desaparecido”, “necesita un desfragmentado urgente” y algún otro de ese tipo. Y no bastando con eso, se iniciaba (o no) el Quick Defrag, ayudando a asustar al usuario, y acompañado de errores a la hora de iniciar Internet Explorer y algún otro programa (es parte de la táctica el hacer creer que el sistema está realmente mal), ralentizando el ordenador y pidiendo reinicios.
Al final hemos conseguido “desfragmentar” al troyano encontrando en qué rincones se escondía para volver una y otra vez, eliminarlo del disco duro y “dar del alta” al pobre ordenador.
A la vista de la “incidencia” de hoy, vuelvo a recomendar atención a la hora de abrir los adjuntos de los correos electrónicos, las páginas web que se visitan y los programas “gratuitos” que se descargan desde según y dónde, ya que este rogue-antivirus (falso software de seguridad) se ha instalado automáticamente por alguna de esas acciones un tanto osadas que os menciono más arriba y contra las que poco pueden hacer antivirus y demás que tengamos y que nos hacen sentirnos seguros.
En fin, ¡Feliz Año 2011! que aún podemos con los “malos”
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