jueves, 23 de junio de 2011

Actualizando a Ubuntu 11.04

¡Volvemos a Linux!
Con eso de que hace unos meses se ha liberado la versión 11.04 de Ubuntu (Natty Narwhal) y tras leer un poco, he sentido la curiosidad de instalarla, de momento, en el equipo de trabajo en la oficina. Éste es un equipo moderadamente mayor, con un procesador único a 2GHZ, 1.5GB de RAM y 80GB de disco duro repartido para Windows 7, Ubuntu/Linux y Datos, donde ya corría la versión 10.04 muy dignamente, las cosas claras.

Pero con ese afán investigador que en ocasiones acaba “quemando” el laboratorio decidí que iba a actualizar a la 11.04. Y nada más fácil.
Desde el mismo escritorio nos basta con abrir una consola, o pulsar la combinación de teclas Alt+F2, y teclear el comando:
$sudo update-manager -d  y la tecla Intro
Nos pedirá la contraseña del usuario habilitado para sudo (que normalmente es el mismo usuario con el que estamos trabajando), y tras introducirla -recordamos que NO aparacen caracteres en la pantalla- comienza el proceso de actualización.
En mi caso puesto que partía de la 10.04 actualizó primero a la 10.10 y después a la 11.04, sin problemas ni desaparición de archivos ni nada (huelga decir que, por supuesto y en contra a lo establecido, no había hecho copia de seguridad del contenido).
En los “upgrades” y  tras descargar los ficheros nuevos que corresponden a cada actualización de versión nos pregunta sobre algunos programas “que ya no tienen soporte” y otros que están actualizados: si queremos mantenerlos o no; mi respuesta ha sido en las dos ocasiones que no quiero mantener sino eliminar o actualizar (recuerdo que es un equipo para enredar,  no de producción, por lo que no tengo instalado ningún programa imprescindible).
Cuando todo ha terminado, que se lleva su buen rato, he vuelto a tener mi archiconocido escritorio por defecto de las últimas versiones de Ubuntu, el moradito, lo que significa que la aceleración 3D de mi tarjeta gráfica no funciona, al menos como debiera, por lo que me he quedado sin la “gran baza” que es el nuevo escritorio Unity (snif!). Habrá que buscar una solución, aunque no es prioritario; y además, si tenemos en cuenta (y en contra) que uso un switch kvm para compartir pantalla, teclado y ratón es fácil que no lo consiga.
En resumen, actualizar es prácticamente un juego de niños: aceptar, siguiente, aceptar, sí… ¡Win total!
Me lo quedo, ¿y tú?

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