miércoles, 3 de abril de 2013

Ataques DDoS: ¿Cantidad o calidad?


Un ataque DDoS (ataque Distribuido de Denegación de Servicio) es, a grosso modo, saturar un servidor con peticiones de servicio de modo que se bloquee; o, expresado de un modo más humano: las puertas del El Corte Inglés cuando empiezan las rebajas y tal cantidad de gente queriendo entrar los primeros que atascan la entrada.
Vale, pues a mediados-finales de marzo hubo uno  a gran escala contra Spamhaus (una entidad sin ánimo de lucro que se dedica a elaborar listas, blancas y negras, de direcciones IP, según provean servicios confiables o alojen/provean servicios no tan confiables). Dependiendo de las fuentes, este ataque de fuerza bruta pura y dura – algo así como un tráfico de 300GB por segundo – estuvo a punto de bloquear Internet o bien apenas supuso un pico de carga en el tráfico mundial.

 
¿Cómo lo hicieron? Expresado también de un modo sencillo utilizaron servidores de DNS con errores de configuración para que, partiendo de una cantidad de tráfico pequeña hacia esos DNS Servers estos bombarderan con peticiones recursivas los servidores web de Spamhaus, llegando a generar el tráfico de 300Gbps citado antes. No llegaron a tirarlos abajo... ¡por poco! Y si sigues leyendo por ahí te enteras de las bondades de la “nube” y los servicios Cloud y lo buenísimos que son los que a su vez dan servicio a Spamhaus, CloudFare... marketing coyuntural.
Pero eso no es más que fuerza bruta; elaborada, pero como un elefante en una cacharrería. Sin embargo, unos días después te enteras de que otro ataque DDoS tiró abajo un sitio de venta online... en tan sólo 2 minutos y con un flujo de datos de tan sólo 25Kbps a un ritmo de 50 peticiones por segundo desde un único ordenador. ¡Olé!
A este “malo” le bastó con hacer peticiones a la base de datos de códigos postales (unos 2 millones) a un ritmo que no hizo que se disparara ninguna alarma... ¡pero tiró abajo a los servidores haciéndoles devolver a cada petición la totalidad de los dos millones de códigos postales! Ya se que los dueños de la página no estarán tan contentos ni lo verán como yo, pero el tráfico causante del desastre tardó todo un día en encontrarse, “perdido” entre el tráfico legítimo.
Vistos los ejemplos, toca responder a la pregunta. La mía es, indudablemente, calidad (y según la sabiduría popular: el poder se demuestra en silencio). ¿Y la tuya?

Un saludo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Efectivamente, o dicho de otra forma, relájate y siéntate a esperar y ver el cadaver de tu enemigo pasar! (Lo que para algunos, entre los que yo me encuentro, es una ardua tarea. A ver si voy aprendiendo❗️

UN SALUDO, pp4mnk.