viernes, 28 de agosto de 2015

Passwords y entropia: quien lo entienda que lo compre...

Dando vueltas a la entrada anterior con el lío del robo y posterior difusión de datos de carácter personal de la web de Ashley Madison me vino a la cabeza la máxima a seguir que debe cumplir cualquier contraseña: "fácil de recordar, difícil de averiguar". Picoteando por aquí y por allá, buscando cómo combatir lo perezosos que somos a la hora de elegir contraseñas lo suficientemente robustas me encontré con esta página web.

Me llamó la atención, y mucho, el razonamiento por el que justifican que la contraseña D0g..................... tan fácil de recordar es más difícil de "hackear" que esta otra imposible, para el común de los mortales, de recordar PrXyc.N(n4k77#L!eVdAfp9.

martes, 25 de agosto de 2015

Living la (corta) vida loca, tengamos un lío

Que esto no es ni tan siquiera una entrada digna de tal nombre, es "no más" un pensamiento fugaz entre cabezada y cabezada de un viaje en autobús...
A la vista del escándalo de la "fuga de datos" de la web de citas AshleyMadison ("la vida es corta, ten un lío" es su eslogan) podemos comprobar de nuevo con qué pensamos cuando nos suscribimos a determinados servicios online.

lunes, 17 de agosto de 2015

Desvaríos de una noche de domingo

Echando un ojo a mi cuenta de Twitter esta noche me llamó la atención una entrada de @EduSatoe retwiteando otra de @adslzone en la que mencionan cinco webs para ver películas por streaming. Esto me ha llevado a pensar en qué película me gustaría ver en ese momento, que ha resultado ser la de “La liga de los hombres extraordinarios”, uno de cuyos personajes, y protagonista, es Dorian Gray; de aquí a recordar el “mito” de su pacto con el diablo para no perder la juventud -que no se corresponde con la realidad de la obra literaria- y pasar a buscar un símil en la informática de hoy día ha habido un par de pasos.
El primero me ha llevado a las también recientes publicaciones que estos días inundan las redes sociales con lo de la “fuga” de datos personales que el nuevo ¡y gratuito! Windows 10 carga en los servidores de Microsoft, allá en alguna “nube” de estado más que sólido y perfectamente geolocalizada; y compararlo con los datos que nuestros “inteligentes” smartphones avientan por cualquier app, empezando por el propio Android que los mueve, ha sido inmediato.
Aquí encontré mi símil: el señor Gray (de finales del siglo XIX, no el también sombrío y lujurioso de este siglo) vende su alma al diablo -que ya se que no es así- a cambio de mantener su juventud eterna; y nosotros “vendemos” nuestra alma del siglo XXI -nuestros datos- a Microsoft y a Google a cambio de no tener que pagar por un Sistema Operativo… Y como el personaje de la obra nos escandalizamos cuando nos enteramos de los detalles del "contrato" y tratamos de que nadie vea nuestro “retrato”, de que nadie haga uso de nuestros datos personales, de nuestras costumbres de navegación, de… ¡todo! que tan generosamente hemos “cedido” para siempre jamás a cambio de no tener que pagar.
Señores guionistas y acertados adaptadores de frases célebres: ya que todo esto ha surgido así, sin estar pintando una habitación un domingo de agosto (tú sabes que es a tí a quien me refiero), vayan pensando en adaptar aquella frase que estaba grabada en el famoso anillo del señor Bolsón y que alguien convirtió en la de “...un Sistema Operativo para atarlos a todos…” por alguna similar a la de “... dos Sistemas Operativos gratuitos que luchan por saberlo todo de todos nosotros…”

Hala, fin del desvarío y ¡gracias! si has sido capaz siquiera de empezar a leer esta… llamémosle entrada dominical.