domingo, 6 de agosto de 2017

¿Cuántos amigos tienes?

Internet acerca a la gente pero aleja a las personas. Seguro que esta frase, lapidaria, la hemos oido muchas veces referida a esa ¿bien o mal? llamada adicción a Internet. Y hasta podríamos estar de acuerdo con esa afirmación que, no obstante, nos suena rara, con ese sentido contrapuesto de acercar-alejar, gente-persona...
¿Alguna vez os habéis parado a pensar más detenidamente en ello?
Hace unos días, aprovechando el tiempo que últimamente empleo en el transporte público, estaba -y estoy- haciendo uno de esos cursos online que tanto aportan aún siendo gratuitos; más concretamente uno de Futurelearn: Chilhood in the digital age. Está, cuanto menos, interesante, y ganó puntos cuando llegué a un artículo sobre Los límites de la amistad, escrito por Maria Konnikova  y que podéis leer entero aquí. Y en leyendo el artículo conseguí entender lo que significa e implica la frase con que comencé esta entrada.
El artículo es un ¿resumen? de los trabajos de investigación del antropólogo y psicólogo Robin Dunbar  sobre la relación entre la organización de la sociedad de los primates y el tamaño de su cerebro. Curioso ¿verdad?
Dunbar "extrapoló" el resultado del estudio sobre los primates a los seres humanos, y llegó al conocido "número Dunbar"; o mejor dicho, a la serie de números de Dunbar. Dado el tamaño medio del cerebro de los humanos obtuvo el número medio del tamaño de nuestro grupo: 150 amigos o "casual friends", con oscilaciones que van desde los 100 hasta los 200 (para los más sociables).
Pero este número no es sino parte de una serie de números que crece o decrece según una proporción de triplos.
Si vamos hacia abajo, dividiendo, obtenemos 50 "close friends": aquellos a quienes vemos frecuentemente; volviendo a dividir por tres obtenemos 15, aquellos con los que tenemos mucha confianza y a los que podemos recurrir buscando apoyo; y si dividimos nuevamente llegamos al número más cercano, 5: los más íntimos, los mejores amigos y en muchas ocasiones, familia.

Y, si en vez de dividir, multiplicamos, obtenemos un número cercano a los 500, que multiplicado nuevamente por tres...
¿Os suena esta relación? ¿No? Voy a haceros pensar... Los que, como yo, peinéis canas es fácil que hace muchos, muchos años, hiciérais la mili; o aquellos a los que os guste la historia militar, hayáis encontrado una analogía... Pues sí, esta estructura se repite en las sociedades modernas, con su ejemplo más claro en el Ejército: desde los antiguos romanos (manípulo, cohorte) hasta los actuales (compañía, batallón). Curioso de nuevo.
Y las redes sociales ¿Influyen? ¿Cómo? Sí, y como es de esperar: facilitan que tengamos más contactos, muy distintos
incluso de los que tienen nuestros amigos, con lo que nuestros círculos se enriquecen, amplian horizontes. Incluso en este mundo virtual el número de Dunbar tiende a permanecer constante, aún cuando el contacto a través de las redes sociales está cambiando la naturaleza de la interacción humana: estamos más al día de la vida de más amigos pero con un serio hándicap: sin el cara a cara las conexiones no son tan profundas.
"La cantidad de capital social que tienes es fijo" afirma Dunbar, y tenemos que repartirlo entre el mundo físico y el 2.0, de modo que cuantos más amigos "virtuales" tengamos más tiempo requeriremos para mantener un contacto "ligero" con ellos, tiempo que detraeremos del necesario para invertir en mantener nuestros círculos más cercanos.
Y así daríamos sentido a la frase con que comenzaba este post... que no quedaría completo sin entrar a comprender por qué el contacto físico entre las personas (un simple roce, una palmadita, una caricia...) establece lazos más profundos entre nosotros. Pero eso sería "fusilar" completamente un artículo que no es mío, y que podéis encontrar aquí como dije más arriba. Yo he querido, simplemente, acercaros un "extracto" que os haga pensar y acicate vuestra curiosidad, al tiempo que rindo homenaje a esas mentes inquietas que ante un ¿por qué? no se conforman con un es así y punto, y a esas otras quienes, a su vez, nos las acercan aunque sea en el idioma de Shakespeare.
Y ahora te toca a tí: ¿cuántos amigos tienes?

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